EL MATERIALISMO DIALÉCTICO

11.04.2012 04:05

 

por Quibian Gaytan

 

En sociedad donde reina la división de clases, cada individuo, clase o partido posee su particular modo de pensar, de vivir y de ver las cosas. En consonancia con ello, de actuar en búsqueda de satisfacer una necesidad o de defender sus propios intereses económicos y sociales, los que por lo general son colectivamente sentidos y comprendidos. Así a través de la posición de clase, la escogencia y los sentimientos políticos y sociales, el espíritu, el intelecto y el corazón se pone de manifiesto una dada Concepción general del mundo.

Esta Concepción general o cosmovisión, diferente a la visión particular que nos dan las ciencias concretas o la experiencia espiritual de cada quién, es la explicación más universalista, racional y objetiva de los objetos, fenómenos, procesos y de las mutuas relaciones que se dan entre ellas. Esta Concepción general del universo (comprendidos la naturaleza, la sociedad humana y el pensamiento), mediando la sociedad de clase, tiene un carácter clasista. Tantas clases, capas y fracciones de clases, tantas diversas Concepciones generales del mundo. Por eso, se ha dicho que piensan y actúan de manera diversa los que viven en un cuartucho de alquiler y aquellos que viven en una gran mansión.

Sólo con la actual sociedad de clase, capitalista, esta coexistencia contrastante de esas diversas cosmovisiones generales, al marchamo de su división social de burgueses y proletarios, se han sintetizados en dos Concepciones generales fundamentales. Aquella concepción general proletaria del mundo y aquella de los capitalistas. Todas las demás giran o están supeditadas a tal o cual Concepción fundamental. O se escoge una o la otra, no hay en esto término medio.

La concepción comunista del mundo es la concepción del mundo del proletariado y no de ninguna otra clase”, remarca Mao Tse-tung en otro escrito.

Desde que la comunidad aldeana aborigen, en Panamá, fue destruida por la invasión de los conquistadores españoles (desde Vasco Núñez de Balboa, Pedrarias hasta sus continuadores, franceses y gringos), y sus descendientes, la imposición de la propiedad privada y del Estado, a hoy, cuando sobre la base de la “unión” de mestizos, indios y afroistmeños se ha ido formando la nación ístmica se han dado dos concepciones generales del mundo: aquella de los explotadores y opresores y aquella de los explotados y oprimidos. La mismas se han ido sintetizando y concentrando respectivamente en el idealismo (la Concepción católica feudal-capitalista) y en el materialismo (el naturalismo metafísico burgués y el materialismo espontáneo de la pequeño burguesía).

De ahí, surgida la clase obrera y su particular modo de pensar, el materialismo, lejos de ser una “doctrina extraña”, importada, posee su propia base material e histórica de existencia. Se enraíza, pues, en nuestro propio pasado histórico. El se contiende y se ha contendido, de siempre, antagónica e irreconciliablemente con el Idealismo y sus variantes el dominio de la mente de la gente panameña.

Ese materialismo espontáneo y metafísico enraizado en éste país, al calor de la lucha de clase de la clase obrera internacional y del salto de calidad impreso por Carlos Marx, Federico Engels a todo el pensamiento científico con su descubrimiento del Materialismo Dialéctico e Histórico, ha conocido a su vez una nueva forma y superior formulación científica que aquella de la Concepción naturalista burguesa del mundo, la filosofía marxista-leninista proletaria.

En torno a estas concepciones del mundo, Mao nos dice:

«Durante largo tiempo en la historia, tanto en China como en Europa, el modo de pensar metafísico formó parte de la concepción idealista del mundo y ocupó una posición dominante en el pensamiento humano. En Europa, el materialismo de la burguesía en sus primeros tiempos fue también metafísico. Debido a que una serie de países europeos entraron en el curso de su desarrollo económico-social, en una etapa de capitalismo altamente desarrollado, a que las fuerzas productivas, la lucha de clases y las ciencias alcanzaron en esos países un nivel sin precedentes en la historia y a que allí el proletariado industrial llegó a ser la más grande fuerza motriz de la historia, surgió la concepción marxista, dialéctica materialista, del mundo….». (Cita extraída de la obra Mao y la filosofía de la revolución, de Jorge Echazú).

En consecuencia, esta filosofía materialista dialéctica e histórica resulta ser el fundamento de la Concepción General del Universo de la clase obrera panameña, como parte de la clase proletaria internacional. Ella no le ha caído del cielo, ni ha nacido improvisadamente ni es fruto de elucubraciones abstractas, sino que el resultado de una síntesis general de lo mejor de las ciencias naturales y sociales, de la teoría comunista y de la experiencia acumulada por el proletariado mundial, dimanante de su lucha de clases, de su labor revolucionaria y constructiva socialista, y de sus realizaciones multifacéticas en todos los campos de la investigación científica contemporáneo en el camino por la emancipación socialista de la humanidad trabajadora.

El Materialismo Dialéctico e Histórico no es la simple suma de “materialismo”, de un lado, y la “dialéctica” y la “historia” por otro lado. El funde en un todo armónico e integral dichos elementos constitutivos en una nueva filosofía, la filosofía marxista-leninista. Es decir, en la Concepción general marxista-leninista proletaria del mundo.

¿Cuáles son sus rasgos fundamentales? En apretada forma, ellos son:

El materialismo dialéctico considera que todos los objetos, fenómenos y procesos que se dan en el mundo están íntimamente entrelazados, concatenados y en acción recíproca.

El materialismo dialéctico considera la realidad objetiva, la naturaleza, la materia, fuente primaria de todo conocimiento y productora del espíritu y el pensamiento humano. Pero, atención, en el grado de un mejor y mayor conocimiento de dicha realidad circundante el ser humano percibe lo que en ella entraba su afirmación vital y social, lo que incita su voluntad por cambiarla, transformarla. El humano, producto de la realidad natural y social, deviene en creador amo de las mismas. Esto es, en un determinado grado de su desarrollo histórico la conciencia crea la materia, la realidad objetiva.

El materialismo dialéctico ha descubierto las leyes generales –y continúa en descubrir, no sólo aquellas universales, sino que particulares y singulares- que rigen y regulan el desarrollo del movimiento y cambiabilidad de los objetos, de los fenómenos, de la naturaleza, de la sociedad humana y del Universo.

El materialismo dialéctico deja establecido que la conciencia humana es la propiedad singular que la materia altamente organizada, el cerebro, de reflejar la realidad objetiva.

El materialismo dialéctico excluye que por encima o fuera de la naturaleza, de la materia y del universo exista una fuerza externa, superior y divina que haya creado el mundo y a los hombres.

El materialismo dialéctico en oposición al dogmatismo y a la metafísica, rechazando toda certeza absoluta y perentoria, de aceptar por fe, asimismo toda afirmación que no tengan por fundamento la realidad, ni demostrable en la práctica social y a través de la experiencia humana.

El materialismo dialéctico establece que la ley de la unidad y lucha de contrarios es la ley fundamental de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento humano. Ella es la fuente de la perpetua movilidad, cambiabilidad, renovamiento y desarrollo –dada la existencia de contradicciones en su seno-manifestándose a través de la lucha de los opuestos, entre lo nuevo y lo viejo, entre lo que nace y lo que muere, entre lo que se desarrolla y lo que perece, y; por la cual sucede, por saltos cualitativos después de una acumulación de cambios cuantitativos el desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y de nuestro pensamiento.

Respecto a la contradicción el Presidente Mao Tse-tung nos dice que ella: “…for­ma un todo, una globalidad unitaria y que un polo o un aspecto de la contradicción no puede existir sin el otro. Por ejemplo el proletariado, opuesto a la burguesía, no puede existir sin és­ta, como tampoco ella puede existir sin el proletariado. Igualmente, el imperialismo no podría existir sin países oprimidos, ni países oprimidos sin imperialismo. Esta sencilla comprobación nos muestra la unidad de la contradicción como una totalidad en cuyo seno existen,…, dos regiones: la identidad y la lucha”.

El materialismo dialéctico se basa en la práctica y depende de la práctica social (de la lucha de clases, de la actividad productiva y de la experimentación científica). La teoría sigue ala práctica y la práctica es llevada adelante por la teoría.

El materialismo dialéctico e histórico, base filosófica de la concepción comunista del mundo, es por esencia revolucionario. Para él nada es fijo y permanente, todo está en movimiento, todo cambia, todo lo que una vez ha nacido en cualquier otro momento a de morir. En consecuencia, ellos preconizan la inevitabilidad del fin de toda sociedad de clase, del capitalismo, y brindan un arma insustituible a los trabajadores en su lucha por la emancipación social de todos los explotados y oprimidos del mundo.