EL PROGRAMA DE LA REVOLUCIÓN POR ETAPAS ININTERRUMPIDAS HACIA EL SOCIALISMO

27.03.2012 00:57

 

   Escriben en nota introductoria de un artículo enviado a  Kaosenlared, posteriormente editado en folleto, intitulado "Partido de la Izquierda revolucionaria panameña: "El programa del partido de la clase obrera es el  Programa de la Revolución Socialista". (Las negritas son del autor. N. d. Q. G.). Con la cual afirman, públicamente, que están  con la teoría no leninista de una sola revolución. Fundamentando dicha aseveración en que él dimana del "análisis del desarrollo histórico-social del país". Dicho "programa" como no lo han publicado aún, nos ahorraremos  comentarlo. 

 

   Pero, lo que sí es de remarcar  aquello de "lucha contra el sistema de explotación y opresión burguesa, teniendo como eje central la toma del poder político y la construcción del socialismo". Con la cual redondean la idea. La toma del poder y la construcción del socialismo sólo pueden significar la destrucción del estado y  de la organización económica capitalista,  esto es la instauración de la dictadura del proletariado - expresión, sea dicho de paso, que no aparece a lo largo de dicho folleto y en ningún otro escrito suyo -, la eliminación de la propiedad privada capitalista y del sistema del salariado. Califican erróneamente que su cometido inmediato es destruir, aquí en Panamá dónde priman económica y políticamente el neocolonialismo y el semifeudalismo, el capitalismo como sistema y no esa forma reaccionaria que asume como capitalismo monopolista burocrático. 

 

    Cuando la tarea del proletariado en Panamá es la de romper el yugo nacional y económico del imperialismo, en concreto y lo inmediato del imperialismo yanqui, y la explotación y opresión del capitalismo monopolista burocrático y del sistema político-estatal de la burguesía compradora, no de la burguesía panameña en general. Pasaje y premisa de la revolución socialista proletaria.  Los Clásicos del Marxismo-Leninismo, Lenin y Stalin, han teorizado y comprobado la objetividad científica de la revolución ininterrumpida por etapas, ahora Ustedes echan abajo dicha  teoría y adoptado aquella de la "revolución socialista ahora". Aunque contradictoriamente, en el mismo documento, afirman dirigir la revolución de "liberación nacional y la emancipación social de nuestro pueblo". Se proponen liberar a la nación (burguesa por contenido y dirección) y emancipar al pueblo ("pueblo" sin clases sociales componentes), tareas democrático-burguesas y no socialistas. ¡Que confusión teórica y política!

 

   Ellos, si les escuchamos,  se consideran marxistas-leninistas "creadores". Nosotros, en cambio, dogmáticos y que no hemos aprendido nada de la historia reciente. Por eso, en el colmo de su suficiencia ideologista, castristas, guevaristas y trostkystas nos han sonado las orejas, por tantos años, con eso de que los comunistas somos "etapistas". Bueno, que queremos la revolución por plazo y, por eso, nos empantanamos ("traición", grita el superrevolucionario Villo, blandiendo... su papeleta electoral) en el programa y la revolución burguesa; en fin, que eso nos pasa porque hemos abandonado la teoría de la "revolución permanente" de Marx, la inmediatez de la revolución socialista - en 1905 Trostky lanza la consigna "Sin zar, por un gobierno obrero" y, por su lado, 60 años después Guevara aquella de "revolución socialista o caricatura de revolución" -, independientemente de las condiciones económico-sociales y políticas concretas del país concreto.  De ese pecado nos acusan a nosotros los comunistas (ml) y que, ello, pasa por inspirarnos en Stalin. Pero, tal acusación -¡vaya leninistas!- alcanza al mismo Lenin.

 

   Dado que es precisamente Lenin el creador de la teoría de la revolución por etapas ininterrumpidas, la que encuentra su fuente de inspiración en la tesis de la "revolución permanente" avanzada por Carlos Marx en 1850. Solo que Lenin no  se ha sentido atado a la fórmula "permanente", tan aberrantemente adulterada por Parvus y otro, prefiriendo usar las expresiones de "paso siguiente" y "será seguida"; de otra forma, ininterrumpida (permanente, pues).

¿Que mentimos, decid? Abrimos el folleto de Lenin "Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática", escrito en plena revolución en curso ese año. En la cual indicando cuales son las tareas de los socialdemócratas rusos (recordemos, el ala bolchevique del Partido) de cara a la constitución de un gobierno provisional revolucionario y en que deja, por otro lado, por sentado el carácter ininterrumpido de la revolución. Escuchémosle: 

 

"... La burguesía 'democrática' deja en la sombra la cuestión del derrocamiento del gobierno zarista, nosotros debemos ponerla en primer plano e insistir en la necesidad de un gobierno provisional revolucionario...  indicar el programa de acción de dicho gobierno, programa que corresponda a las condiciones objetivas del momento histórico por que estamos atravesando y a la tarea de la democracia proletaria. Dicho programa es todo el programa mínimo de nuestro Partido, el programa de las transformaciones políticas y económicas inmediatas, completamente realizables, por una parte, a base de las relaciones económico-sociales actuales, y necesarias, por otra parte, para dar el paso siguiente, para realizar el socialismo"... "al fijar como tarea del gobierno provisional revolucionario la aplicación del programa mínimo, elimina las absurdas ideas semianarquistas sobre la realización inmediata del programa máximo, sobre la conquista del Poder para llevar a cabo la revolución socialista. El grado de desarrollo económico de Rusia (condición objetiva) y el grado de conciencia y organización de las grandes masas del proletariado (condición subjetiva, indisolublemente ligada a la objetiva) hace imposible la emancipación inmediata y total de la clase obrera (...) La revolución en curso no es para nosotros más que una primera etapa que será seguida de una segunda". (V. I. Lenin, Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática., pág.  9. Ediciones en lengua extranjera. Pekín, 1976. El subrayado es nuestro, Q. G.) 

 

   Como vemos Lenin no ha podido ser más claro: en un inicio hacer la revolución democrática, con la dirección del proletariado, realizar el programa mínimo, y eventualmente ser parte del gobierno provisional. Luego, según las condiciones concretas y la correlación de fuerzas del momento, después de llevar a efecto, la revolución democrático-burguesa pasar, en un segundo momento,  a transformarla en revolución socialista.

 

    Como vemos eso de la "revolución socialista ahora" no tiene sustentáculo teórico alguno. Lenin la  rechaza y la crítica acremente y nos da la razón a nosotros en esta cuestión.

 

Una revolución burguesa

                                                     En 1905, como se sabe, Rusia se encuentra bajo el yugo de la autocracia zarista, imperialista feudal, sostenida por una fracción liberal-monárquica de la burguesía (el partido kadete). La clase más numerosa es un campesinado atrasado. Como la industrialización se encuentra aún en estado balbuciente, las relaciones de producción y de intercambio capitalistas son poco desarrolladas. En esas condiciones, la clase obrera, numéricamente débil y relativamente poco organizada, no habría podido conducir bien una revolución socialista. Es de ahí esencial, para el futuro mismo de la revolución socialista, que el proletariado ponga todo su empeño a fin de acelerar la revolución burguesa. Para Lenin, el proletariado debía, en su propio interés, tomar la dirección de la revolución burguesa, que por eso mismo se convertiría en democrático-burguesa, revolución en esos momentos aún parte de la revolución burguesa mundial, abatir al Estado zarista y su base social, la gran propiedad feudal,  y crear así las condiciones para el desarrollo rápido de un capitalismo moderno. 

 

   Lenin en esa misma obra escribe, "Los marxistas están absolutamente convencidos del carácter burgués de la revolución rusa. ¿Qué significa esto? Esto significa que las transformaciones democráticas en el régimen político y las transformaciones económico-sociales, que se han convertido en una necesidad para Rusia, no sólo no implica el socavamiento del capitalismo, el socavamiento de la dominación de la burguesía, sino que, por el contrario, desbrozarán por primera vez el terreno como es debido para un desarrollo vasto y rápido del capitalismo (...) La revolución burguesa es absolutamente indispensable para los intereses del proletariado. Cuanto más completa y decidida, cuanto más consecuente sea la revolución burguesa, tanto más garantizada se hallará la lucha del proletariado contra la burguesía por el socialismo". (Lenin, Ob. cit., pp. 36 y 39).  

 

   Lenin polemizando con el menchevique Martynov, opuesto a la participación de los socialdemócratas en el gobierno provisional revolucionario, le ridiculizará por cuanto  que "confunde la revolución democrática con la revolución socialista, no comprende el sentido exacto de nuestro programa mínimo" (Ver, La socialdemocracia y el gobierno provisional revolucionario).

 

Estrategia y táctica

                                          La etapa de la revolución de la cual habla Lenin y que determina su programa mínimo de 1905 es una etapa en el sentido estratégico del término. Cada etapa, por la que atraviesa la revolución, tiene su específico  objetivo estratégico. El camarada Stalin, que de eso sabe más que nuestros permanentistas de hoy, en su obra "Los fundamentos del leninismo", expresa muy claramente en que consiste esta etapa de la revolución rusa: "Primer etapa: 1903 - 1917. Objetivo: abatir el zarismo, liquidar completamente las supervivencias medievales. Fuerzas fundamentales de la revolución: el proletariado. Reserva inmediata: el campesinado. Dirección del esfuerzo principal: aislar a la burguesía liberal-monárquica  que busca liquidar la revolución  con una componenda con el zarismo. Plan de disposición de fuerzas: alianza de la clase obrera con los campesinos." (J. Stalin, Los fundamentos del leninismo, p. 76. Casa  Editora "8 NENTORI". Albania, 1981)

 

La contradicción principal determina la etapa

                                                                         Como hemos visto la Rusia de los tiempos de Lenin y Stalin, como toda formación capitalista independientemente del grado de desarrollo económico y político, es un conjunto de contradicciones antagónicas a resolver. Entre ellas sobresale y determinándolo todo la contradicción principal (que lo es, aquella existente entre la nobleza imperialista-feudal, con el zar a la cabeza, de un lado, y las amplias masas del pueblo ruso más las nacionalidades oprimidas, por el otro). Además, es el otro aspecto de dicha contradicción, entre la burguesía liberal-monárquica y la clase obrera). Más aún, cabe señalar, la contradicción principal de derecho (esto es, entre la clase obrera y la clase capitalista, dado cierto nivel de desarrollo del capitalismo en Rusia) no lo es de hecho (la que domina es la que opone a todas las clases, capas y fracciones de clases, nacionalidades oprimidas, integrantes de la sociedad rusa de entonces, a todo el sistema de poder económico y político feudal zarista). Ello marcará y orientará, a todo lo largo de los años 1905 -1917, la línea estratégica y táctica de los bolcheviques rusos en la revolución rusa. 

 

   Sólo con el derrocamiento de la dictadura zarista, febrero de 1917, podrá pasar a primer plano la contradicción que opone  la clase proletaria, dirigida por el Partido Bolchevique, a la clase burguesa. La que se resolverá con la revolución socialista de octubre.

 

La etapa determina la estrategia

                                                                     De ahí que, la primera tarea que se impone al partido revolucionario sea la de establecer correctamente en qué etapa de la revolución él se sitúa. Eso determinará en efecto las grandes orientaciones estratégicas de la lucha (por los objetivos por la cual se bate, sobre las fuerzas sociales y políticas que le puedan apoyar, como él las va a disponer y utilizar...) Una vez establecida la etapa y la estrategia que le corresponde, es que se pone a punto las cuestiones de táctica. La táctica consiste en el arte de encontrar y utilizar las formas de lucha y las reivindicaciones que, en un momento dado, sirven mejor a los objetivos estratégicos, para encontrar "el eslabón particular que permite atraer toda la cadena" (Stalin), teniendo en cuenta las condiciones objetivas, y las fluctuaciones de la lucha. 

 

   Sobre la táctica, Stalin dice: "La dirección táctica es una parte de la dirección estratégica, subordinada a las tareas y a las exigencias de ésta última. La dirección táctica tiene por objeto el  asimilar todas las formas de lucha y de organización del proletariado y de asegurar su utilización juiciosa a fin de obtener, en una relación de fuerzas dada, los máximos resultados, necesarios a la preparación de los éxitos estratégicos. El poner en primer plano precisamente las formas de lucha y de organización que corresponden mejor a las condiciones de un flujo o reflujo dado del movimiento, que pueden facilitar y asegurar el encaminamiento de las masas hacia las posiciones revolucionarias, el encaminamiento de las grandes masas hacia el frente de la revolución y su distribución en ese frente".

 

   La primera etapa de la revolución rusa se ha terminado en marzo de 1917. Comenzando entonces una nueva etapa, que Stalin describirá así: "Objetivo: abatir al imperialismo en Rusia y salir de la guerra imperialista. Fuerza fundamental de la revolución: el proletariado. Reserva inmediata: el campesino pobre. El proletariado de los países vecinos constituye la reserva probable. La guerra alargada en su amplitud y la crisis del imperialismo representan el momento propicio". La Revolución de Octubre marca el fin de esta segunda etapa e inaugura  una nueva: "Objetivo: consolidar la dictadura del proletariado en un  solo país, y en servir como punto de apoyo para vencer al imperialismo en todos los países".  

                                                                 

   Desde entonces bajo el puente de la teoría leninista de la revolución proletaria, mucha agua ha pasado  Se ha enriquecido, al calor de las experiencias acumuladas en el proceso de consolidación de la revolución y construcción socialista en el primer Estado Socialista Multinacional Soviético, la URSS, y por los diversos Partidos Comunistas, secciones de la  III Internacional.  Sintetizadas teóricamente e impulsada en su aplicabilidad por el camarada Stalin. Experiencias que han demostrado su justeza y cientificidad política práctica. 

 

   Así se ha enriquecido y desarrollado la teoría marxista-leninista de la revolución ininterrumpida por etapas, como parte ahora de la revolución proletaria mundial y no ya de la revolución burguesa mundial. . De ese rico venero de la ideología  comunista, creada e inspiradora de la acción subvertidora del proletariado comunista, el sector más avanzado y combativo de la clase obrera internacional, ha bebido el camarada Mao Tse-tung para elaborar y desarrollar la teoría de la revolución de nueva democracia con la dirección indiscutible del proletariado con conciencia de clase comunista. Mediante la cual, la distancia entre una etapa y otra, prácticamente se ha acortado. 

 

   Esta revolución de nueva democracia, señala Mao, parte indisoluble por sus fines y tareas de la revolución socialista proletaria mundial,  propia de los países (neo)coloniales y semicoloniales y teniendo como su fuerza principal a los trabajadores, mira a liquidar solamente al feudalismo y al capitalismo monopolista, solamente a los terratenientes y a la clase del capitalismo burocrático (la gran burguesía), y no al capitalismo en general, al estrato superior de la pequeño burguesía o  a la burguesía media. No obstante, de que su objetivo inmediato es derrocar a las capas de los terratenientes y de los  compradores, las clases semifeudales y pro-imperialistas,  por sus medidas políticas y económicas de cara al capitalismo monopolista burocrático de Estado y antiimperialistas asumen desde ese momento  caracteres socialistas, propios de la revolución socialista.

 

   Al cuestionar esta teoría y no saber avanzar más allá de la misma, empantananse en una falsa hipótesis, con ello  exponen su propia confusión política.

 

LA ESTRATEGIA DE LOS REVOLUCIONARIOS Y LA ESTRATEGIA DE LA BURGUESÍA

                                                                                                                                                                  Confusión que se hace más evidente, dada su propensión de avanzar consignas estratégicas poco meditadas,  en el artículo comentado y otros escritos suyos. Allí está, por ejemplo, su idea de con qué superar al Estado oligárquico. Hasta ahora lo que separaba a los marxistas-leninistas de los liberales, revisionistas y anarquistas, era la cuestión de qué hacer con el viejo y reaccionario Estado clasista imperante.  Esto fue así, hasta ahora, en que Ustedes "revolucionan" la doctrina marxista-leninista del Estado y de la Revolución proletaria. Para Ustedes, y en eso siguen abrazados a las concepciones semianarquistas castristas y sandinistas,  la toma del  poder significa posesionarse del Estado para desde allí  adecuarlo a las necesidades del "pueblo", vaya refundarlo (reestructurarlo, modernizarlo).

 

   La cuestión aquí es: ¿"Refundar" el Estado Oligárquico semifeudal o hay que destruirlo? Ustedes están por lo primero, pese a  la fraseología conque velan dicha cuestión tan importante. Pero, lo que no se puede ocultar es que su fórmula  de "refundar" el Estado planea objetivamente  un proyecto estratégico de reestructurar el sistema de Estado burgués y el sistema de gobierno  como una República democrática burocrática. Un necesario paso atrás de hecho  en la “táctica”  en nombre de los intereses del pueblo pero, en realidad, el beneficio “estratégico” está del otro lado de la barricada. El otro lado es una conjunción de clases —una alianza de clases que consta de la fracción de los compradores-semifeudales y la fracción de la burguesía burocrática también semifeudal, confundida aquí con la burguesía nacional, en sus diferentes facetas, y de los terratenientes aburguesados --. Ayudándoles a remozar su viejo Estado y a hacerlo un Estado reaccionario viable y funcional. Aunque, eso, lo cubrís con el púdico de velo de "prosperidad, justicia, equidad" e "independencia económica".

   Con lo cual sientan  las bases políticas para la construcción de una alianza anti-natura  entre clases populares y clases reaccionarias  bajo la forma de democracia parlamentaria, etiquetada de "popular" o "socialista". Pero en su cruda realidad será una República democrática burocrática tal cual la de Chávez, Correa, Castro y demás. Por consiguiente, un Estado de dictadura burocrático-burguesa, nacional, y no de dictadura democrático-revolucionaria obrera-campesina encaminada al socialismo auténtico. Esto, o no lo ven o se esconde a los ojos de las masas del proletariado y de las masas populares.

   En realidad, de sus teorizaciones,  dudosamente aceptables como Marxistas-Leninistas, se colige que se han propuesto estructurar un nuevo Estado y una nueva República de dictadura burguesa. Contra su intención, y de buena fe está empedrado el camino al infierno,  su proyecto de refundación se encuentra al final con el propio proyecto estratégico del enemigo de clase, la gran burguesía neocolonial y el imperialismo. Los cuales no han descartado jamás  el convertir a los combatientes revolucionarios en Partido implicado en el nuevo status quo.

 

   Ellos comprenden bien, máxime en períodos de crisis revolucionaria, el efecto disolvente en la conciencia de clase y en la organización de  los oprimidos que provoca el hecho de que  excomunistas revolucionarios  se incorporen  a su aparato estatal. Aquí en Panamá se tiene una rica experiencia en esta  táctica del enemigo de clase y del imperialismo: Cuando las negociaciones del Tratado tres-en-uno fracasaron, en medio de un proceso de ascenso de la lucha revolucionaria de masas y con las clases dominantes divididas, fraguaron el golpe militar (11 de octubre de 1968), impusieron la dictadura militar  y "cooptaron" al revisionista Partido del "Pueblo", entonces la corriente política de "izquierda" más organizada nacionalmente.  Logrando revestir al reaccionario y antinacional Estado burgués comprador y semifeudal, de una aureola de Estado nacional autónomo del imperialismo USA y de Gobierno revolucionario del tipo de "ni con la izquierda, ni con la derecha", de matriz fascista, ocultando así taimadamente su  naturaleza de clase y sus objetivos estratégicos traidores y antidemocráticos.

 

   Aún hoy estamos pagando las consecuencias políticas e ideológicas de tamaña traición, antipopular y anticomunista, de la camarilla revisionista dirigente de dicho  partido. ¿Quieren Ustedes hacer su propia experiencia negativa reincidiendo ello?

 

   Sí eso quieren, no estaría de más recordarles que: A ese método de absorción de los revolucionarios por las clases dominantes Lenin le llamó una forma Constitucional de resolver la crisis de legitimidad del viejo Estado. Esto es utilizar a los revolucionarios  en la revitalización y reestructuración de su podrido y viejo Estado. Ello resulta así porque cuando el enemigo, las clases dominantes y el imperialismo, no pueden atajar una rebelión popular o para domesticar una revolución en avance, inevitablemente, echan mano al recurso estratégico de adoptar a una facción del partido revolucionario: o bien para que se llene de ridículo a los ojos de las masas por su incapacidad de cumplir sus expectativas de cambios o bien para que cohabiten, como impotentes rehenes de la revolución,  con las clases reaccionarias gobernantes. 

 

   Allí están los repugnantes espectáculos de la España postfranquista y del Chile postpinochetista. El primero, con el Partido Socialista Obrero Español que para advenir al gobierno ha renegado de sus principios republicanos y socialistas. Degenerado en social-monárquico (socialista obrero de nombre y lacayo del rey en los hechos). La misma parábola degenerativa ha recorrido el Partido Socialista de Chile, cohabitando vergonzosamente con los peores criminales fascistas de América. Pero, las cosas no acaban ahí. En América Latina, también, hay otros muchos ejemplos de esta táctica de los compradores e imperialistas USA: En Nicaragua los Sandinistas, por no beneficiarse de un Partido Comunista Revolucionario, armado con el Marxismo-Leninismo-Maoísmo y una línea política marxista-leninista-maoísta, y tener una amorfa y confusionista dirección revolucionaria pequeñoburguesa, no se destruyó al viejo Estado comprador-burgués sino que lo reprodujeron terminando empantanándose en la fase anti-dictadura militar de la revolución democrático-burguesa y sacrificaron  voluntariamente su pasaje a la revolución antiimperialista y a la revolución proletaria socialista. Siguiendo esta estrategia burguesa capitulacionista (frente al Estado oligárquico-semifeudal) los combatientes de El Salvador, Guatemala y Méjico suscribieron sendos y traicioneros "acuerdos de paz" y rindiéndose al parlamentarismo burgués comprador.

 

   Como pueden ver esta línea política, estratégica y táctica, que  se quiere implementar aquí en Panamá no es marxista-leninista-maoísta, ni siquiera marxista-leninista ni tiene carácter de clase proletario, sino que pragmática y subestimadora de  la capacidad de la burguesía de utilizarla en su beneficio político y de su Estado.

 

ALREDEDOR DE LAS CONSIGNAS POLÍTICAS

                                                                                   Sobre esto de las consignas políticas, dado el carácter y estilo del tríptico, esquematismo, que he estado comentando me resulta imposible tomarlo como base de reflexión, he de remitirme pues a una hoja volante, con fecha de enero de 2009, con lo limitante que resulta eso, y que en uno de sus acápites refleja su posición oficial. Dicen Ustedes textualmente en él, "... organizarnos y luchar", "construir desde abajo poder popular y materializar las condiciones para la autoconvocatoria de una Asamblea Constituyente Originaria con plenos poderes que funda una Nueva República soberana, democrática y próspera, justicia y equidad social". 

 

   Asumen Ustedes como consigna central del momento político actual lo de "organizar y luchar". Con la misma, de total acuerdo.  Dado que siempre hay que organizar al pueblo, velar por su unidad y preocuparse de que él se eduque políticamente en la lucha de masas, a fin de que forje conciencia de su propia capacidad de cambiar el actual estado de cosas políticas y económicas lesivas a sus intereses, inmediatos y generales. Eso está bien, pero al nivel que se desarrolla la lucha en estos momentos, ¿Cuál es el centro de nuestra labor organizativa y de educación política revolucionaria? ¿Las Organizaciones de masas sin partido,  legales e imprimiéndole un carácter político a las luchas económicas contra el gobierno o en la generación de las más variadas y multifacéticas formas organizativas de acción política revolucionaria - tales como Frente Revolucionario y comités de combate, estrechamente ligados al partido revolucionario -, y educadas en el espíritu revolucionario del programa político de ese partido, con miras a prepararlas a asimilar la inevitabilidad del alzamiento armado contra la tiranía oligarco-imperialista?

 

   La labor es titánica y preñada de dificultades, las fuerzas revolucionarias pocas. Para no dejarnos desbordar por los acontecimientos que se precipitan, dado que nos encontramos en una situación revolucionaria en desarrollo, aquí y ahora hacer conciencia de que una sola golondrina no hará verano (la revolución). O la revolución política y social la hacemos todos, junto a las masas revolucionarizadas por nuestra labor educativa y organizativa, o nos veremos confrontados con una movilización de masas contrarrevolucionarias liderada por la derecha más recalcitrante. Del tipo de las movilizaciones de masas populares fanatizadas y  ultrachovinistas contra Eta en la España imperialista, aquellas contra la Farc movilizadas por el narcofascista Uribe;  asimismo, aquellas en USA en respaldo de la política agresiva de Bush, y ahora movilizadas por Obama, etc. (No olvides movilizaciones de masas de Torrijos en los años 70).

 

   Por las consignas políticas que avanzan, percibimos Ustedes son consciente de ello. Pero, y nunca falta un pero, también nos damos cuenta a través de ellas de algunas imprecisiones y confusiones teóricas. Llaman a "Construir desde abajo poder popular". Esto sólo puede traducirse y comprenderse que, de antemano, renuncian a la participación  en la conformación de un Gobierno Provisional Revolucionario nacido de un eventual triunfo de un alzamiento popular armado. Más aun que son contrarios, en la palabra, a un tal gobierno provisional.  Ello se colige del hecho de que sólo llaman a constituir poder popular "desde abajo", ¿Puede un marxista, sin caer en una desviación anarquista, hacer renuncia a la consigna leninista de "desde arriba y desde abajo"? No, no puede.  Eso es renunciar a la esencia misma del Marxismo-Leninismo.  Además, el hecho mismo de que al crear Poder popular sea a escala local, o sea en el ámbito provincial o nacional, se estará creando "poder desde arriba", gobierno provisional. ¿No es así?

 

   Reivindican la tarea de organizar Comités Populares de Lucha o  comités de acción revolucionaria, como necesarios instrumentos de lucha contra el poder burgués.  Con ello señalan que dichos Comités Populares, además de instrumentos de lucha reivindicativa local y nacional, son órganos de lucha política y revolucionaria. Vale decir, órganos cuando las condiciones se den de la insurrección o de guerra popular; posteriormente, devendrán en órganos de nuevo poder (Estado y gobierno a nivel local, provincial y nacional). De ahí se concluye, Poder Popular es igual a destrucción del viejo y podrido sistema de poder estatal y de gobierno oligárquico, de ahí Estado Popular (pero, sí es "popular" no es socialista aún.  ¿Ven la contradicción en qué caéis?). Más aun, este poder político ha de legitimarse, por intermedio de la Constituyente o "Asamblea Consultiva del pueblo" o con cualquier otro nombre, como nuevo sistema de Estado y nuevo sistema de gobierno.  Pero, para legitimizarlo necesariamente  se exige un poder ejecutivo constituyente convocante: un gobierno provisional revolucionario.

 

   Denle la vuelta que quieran, llámenlo como quieran. Sea poder (ejecutivo) popular local, provincial o nacional, con todo derecho de poder  de constituir y convocante que tenga, inevitablemente resultará gobierno provisional revolucionario. 

 

   Intentando soslayar ésta verdad política, dicen en su volante que será, " autoconvocada" y "originaria". Otra frase semi-anarquista más. Para toda persona que sepa  meditar el contenido político de una consigna política le resultará evidente que alguien tiene que convocarla, el pueblo o el poder popular revolucionario. Quisiera, primero que todo, contestar a eso de "originaria". Lo de originario no es más que una frase huera, toda constituyente es originaria porque sustentada directamente en el pueblo en armas o no es Asamblea Constituyente.  Sólo a los oligarcas, fascistas y embaucadores políticos, sea dicho de paso, se les ocurre esa aberración política, contrarrevolucionaria y antidemocrática, denominada  "constituyente paralela" o montada desde el viejo poder burgués.

 

   En cuanto a lo de "autoconvocada",  al parecer para Ustedes sólo significa que la misma es elegida directamente  por el pueblo, sin intermediación de partidos políticos o poder político alguno. Pero, el "pueblo" está conformado por diversas clases sociales, con  intereses económicos y políticos diferentes y a veces contrastantes, por la cual  han de expresarlos a través de partidos políticos específicos más o menos cercanos o alejados del nuevo régimen político revolucionario popular. Quítele ese derecho de representación a los partidos políticos de las clases populares revolucionarias y dicha asamblea constituyente, o bien saltará por los aires hecha pedazos o bien tendrá una constituyente montada "desde arriba", absolutamente contraria a la soberanía popular real. En otras palabras, Ustedes mismos con un tan atrabiliario proceder llevarían aguas al molino de la contrarrevolución.

 

   Eso queda claro, creo. Pero, aún hay otra cuestión que tratar y que Ustedes no han señalado en lugar alguno. ¿Cuál es la misión de un Gobierno Provisional Revolucionario?  ¿Cuál es la misión de una Asamblea Constituyente?

 

   A mí entender, y creo si la memoria no me falla Stalin estará de acuerdo, la misión de un Gobierno provisional  sería: (a) Consolidar y defender lo conquistado por la revolución; (b) Enfrentar y  derrotar  a la contrarrevolución oligarco-imperialista; (c) Realizar tanto el Programa Mínimo del Partido, como el del Frente Único Revolucionario; (ch) Convocar y organizar las elecciones para la Asamblea Constituyente.

 

   En cuanto a la segunda pregunta, respondería así: (1) Declarar liquidado oficialmente el viejo sistema estatal y el viejo sistema de gobierno; (2) Construir la estructura del nuevo poder revolucionario a todo lo largo del territorio; (3) Crear las bases políticas y jurídicas constitutivas del Estado de Nueva Democracia Popular y del Gobierno obrero-campesino-nacionalidades originarias y capas medias urbanas; (4) Realizar el Programa Democrático, Popular y de independencia nacional hacia el socialismo.  

 

Ciertamente hablan Ustedes, en su documento, de "materializar las condiciones" para tal autoconvocación. Pero, ¿qué puede significar eso? Concordarán, con nosotros, ello sólo puede significar que las fuerzas revolucionarias arrancarán de manos de los dominantes la iniciativa ideológica y política y la pasarán a manos de las masas revolucionarias. Esto es, preparar las condiciones subjetivas y materiales (técnicas) del levantamiento popular armado, paso táctico necesario dentro de una  guerra popular revolucionaria estratégica, que sólo podrá darse como coronamiento de la labor de educación y organización de las masas  conducente a que tomen conciencia de su capacidad de suplantar a las viejas clases y se muestren dispuestas a empuñar el fusil para tener el poder para sí.

  

   Ello significa el que rompamos la alianza contrarrevolucionaria de clase  en el poder (la cual no dejará, dada una relativa predominancia suya sobre sectores atrasados de las clases populares, de intentar movilizar masas contra masas), y  ampliar su  desorganización política y militar. El centro de la cuestión, pues, no está en la (auto)convocación, sino que en asumir la iniciativa político-militar para la toma del poder revolucionariamente.

 

   Ustedes prefieren propagandizar respecto a la convocación y la Asamblea Constituyente, y como corolario de tal campaña propagandística y educativa propugnar el logro de una dualidad de poderes en Panamá. En verdad no lo proclaman Ustedes así, pero ello se colige de todo su planteamiento político. Aunque quizá no se hayan dado de cuenta, todavía.

 

   Para terminar, ésta ya tan larga conversación crítica,  déjeme señalarles que  tal termino sólo puede significar que intentan ocultar que: (a) El poder real  del Estado continúa en manos de las clases contrarrevolucionarias; (b)   No tener  un Partido revolucionario con objetivos prográmaticos claros y una clara línea militar revolucionaria, que no tenemos la fuerza real para  derrocar dicho viejo poder; (c)  Cubrimos con una frase efectista y errónea la negación de la necesidad de un Gobierno Provisional Revolucionario, como culminación de la lucha revolucionaria armada, convocante de dicha Asamblea Constituyente. 

 

   Y para tener poder convocante hay que contar con: (a) Las clases revolucionarias unidas y organizadas en un Frente Democrático Revolucionario; (b) Al pueblo armado y con plena  conciencia de poder; (c) Un partido revolucionario marxista-leninista, armado con una línea política marxista-leninista y que goce de la confianza y el apoyo de la clase revolucionaria y sus aliados sociales.

 

   Esperamos valoren justamente estas críticas constructivas y que puedan hacer los correctivos pertinentes. .Aún hay tiempo para ello.

 

CUADERNOS MAOISTAS

N° 2

Quibian Gaytan

15 - III - 09